HARRY COOPER:
Una de las declaraciones que Matisse hizo respecto del color fue: “Cuando aplico un verde, no es pasto. Cuando uso azul, no es el cielo”.
NARRATOR:
Y aquí puede verse lo que quería decir: olas rosas, mástiles naranjas y un cielo multicolor.
El curador y director de arte moderno, Harry Cooper.
HARRY COOPER:
Esta pequeña pintura realmente tuvo un efecto muy grande. Estamos acostumbrados a verla en carteles, en calendarios. Sin embargo, en aquel entonces, incluso para los espectadores que estaban acostumbrados al impresionismo, esto iba mucho más allá.
Ese bote central está representado solo con cuatro pinceladas gruesas de pintura: una de un tono rosa blanquecino; otra, azul; otra, un poco más salmón; y una verde oscuro. Hay tanta inventiva detrás de lo que Matisse pudo haber visto aquí.
NARRATOR:
La obra supuso un hito en la carrera de Matisse. La expuso en el Salón de Otoño de 1905, donde un crítico lo desestimó —a él y a otros pintores— calificándolos de “fauves” o “bestias salvajes” y a sus obras de “orgía de tonos puros”. Sin embargo, el nombre quedó y Matisse lideró este grupo flexible de aliados en lo que se convertiría en el primer movimiento francés de vanguardia de principios del siglo XX.
HARRY COOPER:
La parte central es agradable y dinámica, pero es en lo que ocurre a su alrededor, en la enmarcación —las paredes, las ventanas— donde se aleja de la pincelada impresionista, los pequeños toques de pintura aquí y allí, para crear ese ritmo lírico. Y comienza a trabajar con grandes áreas de color colocándolas las unas junto a las otras. Creo que allí es donde vemos al Matisse del futuro.