SARAH CASH:
Es, en realidad, una composición muy simple. Hay cielo, océano, un velero, unas figuras y una boya de campana.
NARRATOR:
Sin embargo, la pintura podría no ser tan calma, plácida y bella como suponemos al observarla. Sarah Cash, curadora adjunta de pintura estadounidense y británica.
SARAH CASH:
Por ejemplo, las figuras del velero parecen no relacionarse. No se centran las unas en las otras. La mirada de cada uno de los marineros se encuentra puesta en la boya de campana, lo que sugiere que están muy preocupados por la posibilidad de que represente [04:48] para ellos algún tipo de peligro. Las ligeras nubes que atraviesan el cielo azul parecen, a nuestros ojos, solo unas nubes bellas, calmas y agradables; sin embargo, podrían predecir, de hecho, una tormenta o el cambio de clima.
NARRATOR:
Lo mismo ocurre con las olas onduladas, con la “oleada” del título de la pintura. ¿Hay un significado oculto? Hopper pintó esta obra en 1939, año en que un huracán arrasó Nueva Inglaterra, dejando tras su paso una gran destrucción, con cientos de víctimas mortales, pero eso no fue todo.
SARAH CASH:
Hopper pintó Oleada entre agosto de 1939 y el 15 de septiembre de 1939, lo cual coincide exactamente con el periodo de retransmisión de noticias de la Segunda Guerra Mundial. Así que es enteramente posible que la boya de campana pudiera tener un doble propósito en esta pintura. Puede que nos haga pensar en un clima peligroso, pero quizás también simbolice, al menos de forma sutil, el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.